viernes, 28 de mayo de 2010

Fugitivos en la jungla

Debry, Peter, Fugitivos en la jungla, Servicio secreto, nº 1114, Bruguera, Barcelona, 1971, portada de Jorge Samper
Intensa novela que, entremezclando géneros narrativos, cuenta una historia donde el héroe, acusado de un crimen que no cometió, tiene la oportunidad de crecer y madurar pasando de una ira feroz y destructiva que le carcome a la generosidad y el amor que le redime.
Guy Marly es un joven delincuente parisino; en Nochebuena, tras robar en un hotel, tiene la oportunidad de conocer una bella florista, Yvette, con la que mantiene una intensa relación. Al día siguiente es detenido acusado de la muerte del hombre a quien robó. Él es inocente ye Yvette proclama su confianza en Marly pero la investigación es conducida de forma inexorable por el inspector Juvex quien, a pesar de las inapelables pruebas incriminatorias, pide que no se condene a muerte al reo pues hay aspectos que no le encajan. Marly, que jura vengarse de Juvex. es condenado a trabajos forzados en el presidio de La Guayana francesa. Alí hará amistad con otros reos, Lavern, y Carrel, y los tres, sufriendo las durísimas condiciones del presidio, resistirán esperando conseguir lo que casi nadie ha conseguido: escapar.
En Boston, el millonario Harry Fergusson recibe la visita del aventurero Luis Logrado, un capataz que gobierna sus propiedades en el Brasil; éste le informa de cómo el ingeniero Duplessis ha hecho un importante descubrimiento científico y cómo su vida peligra. Cuando lo van a visitar al hotel donde está hospedado aparece asesinado. Fergusson decide viajar con Logrado al Brasil pero busca el apoyo de dos agentes del gobierno Glen Stevens y Chick Parker, quienes van a incorporarse a la expedición escondiendo su personalidad. Aunque el viaje es peligroso, Fergusson no consigue que su hija no vaya; Yvory, como lo fue su madre Yevette -a quien se parece de forma asombrosa-, es una chica de carácter que no se arredra ante nada.
En La Guayana las penalidades se suceden, Carrel muere pero se incorpora al grupo Macr “Bisturí”; los tres deciden que, una vez conseguida la libertad provisional en los pueblos de la costa -un régimen de excarcelación donde pueden realizar vida civil pero no pueden salir del territorio caribeño-, se aliarán para escapar. Primero es liberado Marc, luego Lavern y más tarde, al cumplirse los dieciocho años de su ingreso, Marly. Tras fingir una muerte por infección y ser enterrados vivos, los dos últimos consiguen burlar a la autoridad y preparar una fuga a la que se suma Marc y su amante, la brasileña Tonia Silvero. El día de la fuga son avistados por dos guardias con los que emprenden un tiroteo dode ambos mueren pero también Lavern. Los tres supervivientes deciden cruzar la jungla para llegar a Brasil y en el camino soportan mil y un sinsabores, entre ellos, el ataque de feroces caníbales, aunque finalmente llegan a un claro donde encuentran los restos humeantes de un avión estrellado.
Confluyen así las dos historias pues en el avión viajaba la expedición de Fergusson; aunque los pilotos han muerto y Parker está herido, el resto de los supervivientes recibe a los extraños individuos que, destrozados por la experiencia en la selva, llegan a ellos. Allí Marly descubre a Yvori y queda estupefacto pues ella es igual a la Yvette que conoció hacía dieciocho años; atando cabos descubre que en realidad, con una casualidad digna del folletín, esa chica es la hija que engendró en esa noche de amor y que Fergusson hizo de amante esposo de Yvette mientras vivió y de padre de Yvory. La acción se precipita cunado Logrado se desenmascara como un ambicioso que mató a Duplessis y que ahora pretende, bajo amenaza, casarse con Yvory, quien a su vez está enamorada del valiente Glen Stevens. Un tiroteo acaba con la vida de Logrado y también la de Marc y Tonia, que se habían aliado con él; por su parte Marly casi pierde la vida intentando salvar a Stevens. El realto acaba con Marly en el yate de Fergusson reponiéndose de las heridas y comprometiéndose con el millonario a no desvelar su secreto; no hacía falta pues Yvory lo ha descubierto todo y le propone que se vaya a vivir con ellos y que desempeñe, bajo la máscara de chofer de la familia, una vida plena y feliz.
El relato sabe combinar un inicio de novela negra parisina muy simenoniano con un relato carcelero que parece directamente inspirado en Papillon de Henri Charriere (1969), en aquello años un libro tremendamente popular. Posteriormente evoluciona a novela de aventuras para acabar con un encuentro folletinesco y un final feliz de profundidad moral digna de un Victor Hugo. Firme y vibrante aunque a veces precipitada, sabe combinar dos líneas narrativas que confluyen de forma inverosímil pero narrativamente legítima. El conjunto final es efectivo convirtiéndose así en un texto correcto que ofrece puntuales momentos de gran intensidad .


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