sábado, 15 de noviembre de 2008

La escuadrilla desaparecida



La escuadrilla desaparecida, El fantasma, Colección Superhombres, nº 2, Bruguera, Barcelona, 1946, portada de Lozano Olivares
Novela de superhéroes en la que un prodigioso y misterioso protagonista, capaz de generar campos de fuerza, de leer la mente o de viajar asido a la carlinga de una avión, se enfrenta a una organización criminal que intenta controlar el mundo.
Tres célebres pilotos desaparecen con sus aviones último modelo en tres lugares distintos del planeta. El periodista Ned Sparkle inicia una investigación mientras los hermanos Campden, unos de los constructores, ofrecen una jugosa recompensa para quien informe sobre el paradero de su nave y su piloto, Dan Tryx, prometido a su vez de Norah Smith, secretaria de los Campden. Los constructores reciben la visita amenazadora de unos gangsters enviados por el Hombre sin Cabeza para que retiren su oferta y detengan su búsqueda pero son salvados por la irrupción victoriosa de El fantasma, un tipo vestido con una extraña capucha y una capa que noquea a los malhechores. Uno de los pilotos desparecidos, Dan Try, antes de perder la conciencia y ser secuestrado, pudo avisar al misterioso Fantasma, en realidad, el enigmatico y misterioso profesor Esdehar Campbell, un ser prodigioso que vive en una isla del Pacífico que ha conseguido unos avances tecnológicos que le permiten leer el pensamiento o ser inmune a las balas.
Los malvados gangsters, Jim Mortimer y Dago Gun, huyen hacia la guarida del Hombre sin Cabeza, el valle perdido donde este enigmático personaje, acompañado de la bella y perversa Vera Ross, ejerce un poder absoluto gracias a su desarrollo tecnológico habiendo conseguido secuestrar las mas importantes aeronaves y los más famosos pilotos y planeando dominar el mundo. Primero el Fantasma y luego el periodista Sparkle y la bella Norah se desplazan al valle donde entre tiroteos, persecuciones y torturas perversas infringidas por los malvados, nuestro superhéroe consigue una primera victoria sobre la banda del Hombre sin Cabeza; no obstante ello, el precio a pagar es caro pues en la aventura muere el periodista Ned Sparkle. A pesar de ello, El fantasma no ceja en su empeño y finalmente, tras nuevos avatares y con la colaboración de la Policía Montada del Canadá, consigue vencer al poderoso criminal que no era otro que Arnold Campden, el constructor.La novela se inscribe plenamente en el género de, como indica la colección, superhéroes, y en ella Debrigode deja ir su imaginación creando un artefacto que bordea los disparatado y a veces, incluso, lo grotesco. Los prodigiosos poderes de El Fantasma van más allá de cualquier viso de verosimilitud y la aventura encadena acción tras acción sin más objetivo que atrapar al lector de principio a fin y ofrecerle una diversión olvidable. La misma caracterización del héroe, la ridícula figura del Hombre sin Cabeza, los prodigios tecnológicos que a veces bordean los cómico, todo ello confiere al relato un aire retro que, a pesar de todo, tiene encanto, pues nos permite recuperar ese aire naïf -y a la vez hipnótico- que tenían los pulps y los comics americanos de los años treinta.

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