domingo, 28 de marzo de 2010

El pulpo humano

Debry, Peter, El pulpo humano, Servicio secreto, nº 32, Bruguera, Barcelona, 1951, portada (presumiblemente) de Provensal, ilustraciones interiores de Macabich
Arrolladora novela negra donde cuatro delincuentes de distinta calaña se agrupan para iniciar una espiral de crimen y violencia que les va a llevar a la autodestrucción. De San Francisco a Dijon y de allí a Suiza, la cosmopolita y trepidante narración se sustenta en sólidos y ambiguos personajes
En San Francisco, a inicios de 1939, se desarrollan cuatro hechos trágicos. Burt Forbes es un gigoló que, con su encanto, llena de clientes el casino de Malcolm Blending; cuando se enamora de Jessica Blending, la hermana pequeña del empreario, éste le prohíbe la relación. En un arrebato pasional Forbes le mata. Es detenido.
Ronald Winters es un célebre actor que, ya maduro, va a ser destituido de su papel principal en la compañía teatral donde trabaja por Herbert, un actor peor, pero mucho más joven. Cuando se levanta el telón y ambos tiene que representar un forcejeo, Winters, cegado por la ira, le estrangula en escena. Es detenido.
Kirk Sanders es un agente del FBI que va a vistar a su compañero que ha descubierto una turbia actuación suya: cuando Sanders detuvo a una banda de falsificadores, modificó las pruebas para dejar escapar a una muchacha, de quien se enamoró y con quien se casó. Cuando iba a ser detenida por el agente del FBI que ha desenmascarado a Sanders, ella se suicidó. Sin poderlo evitar Kirk Sanders le mata. Es detenido.
Dave Cohen es un peligroso delincuente que vive rodeado de lujos con un servil criado chino; recibe la vista de su abogado y al descubrir que le quiere traicionar delatando su participación en un atraco, le asesina. Poco después asesina también a su criado para que todo quede como un ajuste de cuentas entre ellos y más tarde es interrogado por su implicación en el atraco. Sin resistencia, es detenido.
Los cuatro delincuentes coinciden en Alcatraz, en la misma celda, y desde el primer día se erige en cabecilla de un nuevo grupo, un genuino pulpo humano donde él será la cabeza y los otros, los tentáculos cuyo primer objetivo es claro, escapar. Cohen, comprando a algunos guardas y con la colaboración de su fiel enamorada, Meg Terry, consigue que la huida sea un éxito, eso sí, asesinando con sus propias manos a dos carceleros. Una vez en tierra firme, inician una huida que les lleva a Canadá, más tarde a Le Havre y luego a Dijon. En la ciudad francesa, convulsionada por el inicio de la segunda guerra mundial y el miedo a la llegada de los nazis, planean un gran golpe. Tras seducir Forbes a Marthe Epinal, la hija del magnate de la ciudad, descubren que tiene todas sus riquezas dispuestas en un furgón presto a partir cuando suenen las campanas que anuncian el riesgo inminente de una ocupación. Cohen que considera a Forbes y a Winters como una rémora por sus escrúpulos ante el crimen, decide llevar a cabo el asalto abandonando a ambos. Aunque eso sí, Forbes lleva a cabo una última acción sin saber que Cohen les quiere traicionar; consigue asaltar el campanario y hacer que suene el toque de alerta.
Cuando esto ocurre, el furgón, seguido de la familia Epinal en pleno, empieza la huida a Suiza y a medio camino reciben la vista de dos policías motoristas que se ofrecen a escoltarlos,;ellos son Sanders y Cohen disfrazados que, poco después, neutralizan a los ocupantes de los automóviles, roban el furgón que conducirá Terry al tiempo que Cohen asesina a todos los testigos quedando Marthe milagrosamente viva. El furgón llega a Suiza pero cae al lago Leman y tras el accidente Cohen queda gravemente herido; llevado ante el doctor Dugi, éste dictamina que ha quedado paralítico. Al tiempo que esto ocurre Forbes y Winters, que ya han descubierto la traición, deciden emprender la búsqueda de los antiguos compañeros. No son los únicos: a Europa llega un agente del FBI, Jack Sullivan, quien recibe la ayuda una nueva agente del cuerpo, Jessica Blending, la antigua novia de Forbes. Buscan a los delincuentes y en su empeño descubren su pista al tiempo que también tienen noticia que en el furgón robado se transportaban importantes documentos del servicio secreto francés.
Mientras, en Suiza, el doctor Dugi descubre la condición de criminales de los recién llegados que se han instalado en un parador cerca del lago y se ofrece a colaborar con ellos en la recuperación del furgón a cambio de una importante cantidad que le permita crear su sueño: un falansterio donde reine la paz y la concordia. La acción se precipita con la llegada de Winters y Forbes que, disfrazados, consiguen acercarse a los delincuentes, el descubrimiento de Sullivan y Jessica de los prófugos, el asesinato de Forbes a manos de ésta, el cambio de Dugi, que viendo la calaña de los criminales decide contar a Sullivan todo lo sucedido y la llegada de la policía suiza.... que resulta no ser la policía suiza sino un grupo de agentes del servicio secreto nazi que quiere apropiarse de los documentos. Nazis y delincuentes consiguen recuperar el contenido pero Cohen mata a los alemanes, más tarde mata a Sanders para no repartir el botín pero Sullivan les persigue: Terry muere accidentalmente y consigue finalmente detener a Cohen. Éste es llevado a Estados unidos para ser ejecutado en la silla eléctrica, también es extraditado Winters, que por no tener crímenes de sangre será condenado a cadena perpetua dirigiendo el grupo escénico de Sing-sing mientras la recompensa la recibe Dugi. Deseoso de llevar a cabo su proyecto político se embarca hacia América, pero muere al ser su barco hundido por submarinos alemanes. Sullivan, finalmente, se casa con la bella Jessica Blending.
La novela es trepidante de principio a fin y el control que tiene Debry de la narración es admirable pues a pesar de la diversidad de personajes y de subtramas que se van generando, la narración avanza fluida y clara. Los personajes, arrastrados en esa vorágines criminal, ofrecen un notable interés por su variedad de caracteres y por su ambigüedad; más allá de Cohen, el asesino, y de Sulivan, el agente del FBI, todos los otros son caracteres complejos, delincuentes que no quieren serlo, criminales con remordimientos que no pueden controlar el devenir de los acontecimientos. Interesante es el malvado Cohen, perverso hasta la médula y reducido a una silla de ruedas, o Sullivan, cínico, desconfiado de la mujeres -acumula cuatro divorcios, pero fascinado por las mujeres sensuales que visten de negro.
Como curiosidad metaliteraria, subrayar que en la lujosa biblioteca de Cohen, destaca su colección de libros e aventura ”Julio Verne, Salgari, Sabatini, Stevenson y todos los creadores de aventuras de épocas pasadas. ¿No tienes bastantes con las que vives? (p.16).” Sin duda estos eran los libros de cabecera de Debrigode cuando escribía como Visconti novelas de aventuras. Como curiosidad biográfica subrayar que el doctor suizo se llama Dugi, como el abuelo materno del autor.

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