sábado, 6 de marzo de 2010

Audax contra audax

Debrigode, P. V., Audax contra Audax, Audax, nº 6, Bruguera, Barcelona, 1946. Portada de Provensal, ilustraciones interiores de Cifré.
Última entrega dela serie donde el personaje se despide de la escena narrativa y donde sea anuncia una nueva serie policiaca que nunca vio la luz.
Tres atractivas chicas conviven en la habitación de un hotel -la enamorada Meg Terry y las casquivanas Caddy Brillants y Lizzy Farell- esperando participar en la fuga de sus tres respectivos amantes -Jack Bush, Bit Bunker y Dood Foxy, tres peligrosos delincuentes. Ésta se lleva a cabo pero a la fuga se incorpora un compañero de celda, el atildado inglés Talbot Durban, quien tras huir abandona el grupo. El plan ha sido maquinado por el judío Ike Slavey, el “Viejo”, quien espera sumar las tres habilidades de los delincuentes -subir paredes, abrir cajas fuertes y saber pegar tiros sin contemplaciones- para así poder llevar a cabo una serie de robos que siempre dejarán una firma: Audax.
En Nochevieja, King y Baby se sumergen en los bajos fondos para investigar sobre los últimos robos llevados a cabo por ese falso Audax; tras indagar, se encuentran con una reyerta entre Bush y Durban que ha vuelto a la ciudad. King, que sabe que algo tiene que ver con el caso, les invita a subir al coche pero Bush se escabulle mientras que Durban es llevado a casa de King. Al llegar descubren que allí se encuentra Roy Cadger, el detective que ya sospechaba de la relación entre King y Audax en Alta sociedad; está interrogando a la madura, rolliza y sensual Grumpy para después acorralar a King quien, desbordado por la situación, decide solicitar la ayuda del detective. Éste descubre que Durban no sólo es el fugado sino que se trata de un cirujano acusado de amputar las manos y desfigurara su mejor amigo; le dispara y lo detiene.
Mientras, los malhechores planean matar a King y dejarle en un nuevo escenario de robo pero también deshacerse de Bush, demasiado noble. Tienden una trampa a King quien, tras la autorización de Cadger, se presenta ante ellos. Éstos le reducen y cuando la situación parece más desesperada, Bush y Meg entran en escena matando a los delincuentes pero pagando un duro precio: Bush es herido de muerte.
Meg decide confesar la trama urdida por Slavey y después suicidarse, tal era el amor que sentía por Bush; Cadgers se lo impide y la ayudará a redimirse. No sólo eso sino que tras escuchar a Duncan se da cuenta de que es inocente y de que la criminal, como él había defendido, era su hermana. Cadgers, un verdadero Deus ex machina, obliga a King a partir hacia Australia y a que deje definitivamente a Baby, pues nunca se casará con ella a pesar de lo locamente enamorada que está ella de él. King obedece y se va y Cadgers decide formar un grupo de detectives-periodistas donde Grumpy será la coordinadora, Baby la periodista, Lefty Longleg -que aparece al final- la fuerza bruta y él el cerebro. El grupo se llamaría Los cuatro ases.El autor cierra definitivamente la serie tras darse cuenta de que es imposible sostener con un mínimo de verosimilitud una serie con ladrón de guante blanco en pleno siglo XX y en la ciudad de Nueva York. El juego de la doble identidad del héroe se había convertido en una suerte de lastre narrativo y aquí el autor decide dar un carpetazo definitivo al protagonista y a la serie. La novela tiene excelentes momentos serie negra como son la huida de la prisión o muy especialmente la muerte de Bush mientras besa y declara su amor a Meg Terry. Interesante es la reaparición de Roy Cadgers “detective artístico, cerebro de clase superior, superanalítico” y la voluntad de crear una nueva serie con un grupo mucho más atractivo que el frío Lord King que en esta última entrega aparece casi como un pelele en manos de Cadger y de la situación que han urdido los delincuentes. La nueva serie nunca vio la luz pero curiosamente hay que señalar cómo Los cuatro ases será el título de una de las primera entregas de Servicio Secreto, aunque en este caso el nombre identificará a un grupo de peligrosos criminales.

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