sábado, 21 de noviembre de 2009

El visitante nocturno


P.V. Debrigaw, El visitante nocturno, Colección Aventuras nº 83, Marisal, Madrid, 1943, Portada e ilustraciones de Adolfo López Rubio, Versión española (sic)
Título legendario y fundacional dentro de la trayectoria de Debrigode pues ésta fue una de sus primeras novelas -quizás incluso la primera que publicó- y en ella creó a Arnaldo Visconti, un personaje que luego pasaría a convertirse en uno de sus más importantes pseudónimos.
El jefe del Servicio Secreto norteamericano, el Sapo, propone a Michael Rodney, uno de sus agentes, un viaje a Sudáfrica para investigar un caso misterioso; para ello le obliga a adoptar la personalidad de Daniel Díaz, un periodista puertorriqueño que trabaja para La voz, y le da instrucciones para que colabore con una agente a la que conocerá en la travesía marítima que va a llevar a cabo a bordo del Abraham Lincoln.
En el viaje coincide Díaz con otro periodista sudamericano, Antón Valle -corresponsal de La Noche de Buenos Aires-, y con el célebre escritor colombiano Arnaldo Visconti, quien está ciego desde hace años a causa de un accidente y que se hace acompañar de su secretaria Rosario Miranda. Ésta resulta ser el agente camuflado que tenía que contactar con Díaz pero ello no es óbice para que los dos presuntos periodistas empiecen a cortejarla; y decimos presuntos porque en realidad Valle es un agente del Servicio Secreto británico.
Una vez llegados a Sudáfrica, ambos agentes van a cercar Villa Refugio, el domicilio de Mina Bergen, una joven rica que acoge en su mansión al científico holandés Guillermo Markden, que está preparando un hallazgo extraordinario. Mina es una hermosa chica, ya huérfana, al que su padre, Christian Bergen, había enseñado a desconfiar del amor; él, de joven, engañó a un muchacho para casarse con su prometida y ésta murió de tristeza al no poder amar al hombre de su vida. La enseñanza le convirtió en un misántropo y traspasó su visión del mundo a su hija.
Daniel Díaz, tras descubrir que Valle también vigila de noche la casa de Mina, es asaltado cerca de la mansión por un extraño de aspecto inquietante: calvo, sin cejas, terrorífico... Es atendido en Villa Refugio donde la rica heredera experimenta un cierto interés hacia un hombre que se presenta enigmático y turbador. Mientras, Valle empieza a intentar conquistar a Rosario quien inicia un juego a tres bandas; dejarse seducir por Valle, colaborar con Díaz en sus investigaciones y ejercer de secretaria de Visconti.
Díaz y Mina deciden preparar una trampa al misterioso visitante nocturno que, de noche, intenta entrar en la casa mostrando su aspecto fantasmagórico; la ocasión la aprovecha Díaz para descubrir que Markden es un estafador y que en realidad es un científico de pacotilla que se había aprovechado de los descubrimientos de un amigo fallecido. Una vez desenmascarado, y después de herir en una refriega a Valle y descubrir que trabaja para el Servico Secreto inglés, Díaz decide ofrecerle como regalo para su inminente boda con Rosario: la noticia de la falsa fama del científico.
El aspecto del visitante nocturno, su dimensión nictálope y las horas de sus actuaciones permiten a Díaz y descubrir su verdadera identidad; se trata de Arnaldo Visconti quien, tras unas operaciones, había recuperado la vista aunque sólo fuese durante la noche. En realidad él es el hombre que fue engañado por Christian Bergen y su intención era la de vengarse en su hija del mal que le infringió, aunque ahora se da cuenta de lo injusto de su empeño. Díaz le arranca el compromiso de que nunca más va a importunar a Mina al tiempo que consigue la exclusiva periodística de su recuperación de la vista. Valle y Rosario se casan y, a pesar de que ella quiere que abandone la labor de espía, él se afirma en no sólo seguir con ella sino en hacerlo en compañía de su esposa. Mina declara su amor a Díaz pero éste no se atreve a emprender la relación por miedo a herirla; al final ella descubre que él está verdaderamente enamorado y se prometen.La novela tiene los rasgos propios de una novela primeriza; hay cierta indefinición argumental, la trama es algo simplona y los personajes no acaban de estar bien dibujados. El relato bebe directamente de las novelas de espías de Edgar Wallace -“se te ha subido a la cabeza la lectura de las novelas de Edgar Wallace” (p.62)- pero también bebe de los relatos de alta sociedad de Oppenheim fluctuando hacia parámetros propios de la novela rosa. Dentro de la narrativa de Debrigode la novela tiene una importancia decisiva: es de sus primeras obras -se indica como fecha de edición marzo de 1943, por lo que la hemos de suponer escrita hacia 1942, cuando estaba en presidio- y en ella aparece el personaje Arnaldo Visconti un escritor colombiano y ciego, mezcla extraña de García Márquez y Borges avant la lettre. El relato describe a Visconti y nos ofrece su ficha biográfica. Fundamental es también la aparición de Antón Valle y de su esposa Rosario Miranda pues serán éstos los protagonistas de la excelente Crucigrama publicada en LESTER y ya reseñada en el blog; incluso un brillante recurso de esa novela como será acabar cada capítulo con una palabra que encabezará el siguiente aparece ya preludiado en esta novela imprescindible para entender la forja de un novelista.

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