Siempre es peor morir, Servicio secreto, nº 682, Bruguera, 1963. Ilustraciones de Luis Gilabert. Excelente muestra de novela negra pura, más allá de revisiones intelectualistas o posmodernas. El protagonista es un detective privado, Steve Colman -"impasibilidad burlona, dureza de su mirada, escéptico"- que resulta ser un ex-policía y que responde -con su sahariana y su panamá- al paradigma de detective neoyorquino que, en un caluroso verano, atiende a sus clientes en su despacho/vivienda que no es más que un sórdido cuchitril.
La historia cuenta con una rubia explosiva -sueca por más señas, de nombre Hilda Novak- absolutamente pérfida, enemiga de los hombres, con una presunta amante lesbiana, que encadena crímenes atroces hasta llegar a matar, sin saberlo, al ángel de bondad -Marigold Bernstein- que era la novia de Colman. La novela está plagada de sorpresas constantes y algo rocambolescas, como muertas que no lo están o casualidades encadenadas pero todo ello servido en un admirable estilo conciso, preciso e implacable.
El conjunto conforma una excelente muestra del mejor Debry, con un dominio pleno de los condicionantes del género y con una personalidad estilística plenamente consolidada
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