miércoles, 2 de abril de 2008

Siempre es peor morir



Siempre es peor morir, Servicio secreto, nº 682, Bruguera, 1963. Ilustraciones de Luis Gilabert. Excelente muestra de novela negra pura, más allá de revisiones intelectualistas o posmodernas. El protagonista es un detective privado, Steve Colman -"impasibilidad burlona, dureza de su mirada, escéptico"- que resulta ser un ex-policía y que responde -con su sahariana y su panamá- al paradigma de detective neoyorquino que, en un caluroso verano, atiende a sus clientes en su despacho/vivienda que no es más que un sórdido cuchitril.
La historia cuenta con una rubia explosiva -sueca por más señas, de nombre Hilda Novak- absolutamente pérfida, enemiga de los hombres, con una presunta amante lesbiana, que encadena crímenes atroces hasta llegar a matar, sin saberlo, al ángel de bondad -Marigold Bernstein- que era la novia de Colman. La novela está plagada de sorpresas constantes y algo rocambolescas, como muertas que no lo están o casualidades encadenadas pero todo ello servido en un admirable estilo conciso, preciso e implacable.
El conjunto conforma una excelente muestra del mejor Debry, con un dominio pleno de los condicionantes del género y con una personalidad estilística plenamente consolidada

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