miércoles, 19 de marzo de 2008

Piratas de frac



Piratas de frac, Servicio secreto, nº 201, Bruguera, 1954
Bailarines de salón, Costa Azul, yates, nobles arruinados, traficantes de droga, Mediterráneo... un escenario elegante para una historia sórdida en la que el amor redimirá a los héroes. Argumentalmente la novela se divide en dos partes.
a.-La desaparición de Lord Trevor
Lord Trevor es un decadente noble, arruinado, que vive malgastando su fortuna en la Riviera, asistiendo como espectador a las exhibiciones de bailes de Jim Ostrinki y Stella, unos Fred Astaire y Ginger Rogers del Mediterráneo; enamorado de la fatal Maryan Lenclos está dispuesto a casarse con ella engañándola sobre su posición económica y suicidándose poco después. Una amigo, Cramer, le ofrece convertir su yate en la tapadera de un suculento negocio de tráfico de drogas en el que debe acompañar a Ostrinki y Stella por diversas ciudades donde actúan -Capri, Ajaccio, etc- y servir de transportista de los alijos; Lord Trevor acepta al tiempo que conoce a la bella y honesta Eva Morrison, versión angelical de Maryan Lenclos, y se enamora perdidamente de ella. Decide cumplir el trato convenido -es hombre de palabra- aunque la organización mafiosa -uno de cuyos motores es el bailarín Olinski- parece no querer dejarle escapar tan fácilmente. Un día, al volver a Marsella, desaparece.
b.- La búsqueda de Lord Trevor
La acción se inicia en Londres. Un agencia de detectives atiende el encargo de Eva Morrison de buscar al desaparecido Lord Trevor; se le encarga el trabajo a un agente del Servicio Secreto inglés, Lester Conway, que resulta ser el exmarido resentido de Maryan Lenclos. La acción se traslada a Marsella y avanza a ritmo trepidante y algo confuso, Conway es ayudado por el policía local -y corso- Mario Gabrielli. Sucesivamente son asesinados de forma misteriosa todos los implicados en el tráfico de drogas, el bailarín Olinsky, el capo marsellés Lenox y dos de sus secuaces; todos ellos son asesinados con un estilete clavado en el cuello y los crímenes son obra de Enzio Stradaun sicario del camorrista italiano Tony Spirito, al que habían birlado la droga. Conway sospecha de su exmujer como parte implicada. Se descubre el cadáver de quien había iniciado todo el tráfico, Franz Cramer, asesinado con el famoso estilete junto al cadáver de Strada, el mafioso. Al final se desvela que Lord Trevor había matado a Cramer para no ceder a sus chantajes, que se había escondido para escapar de las venganzas entre clanes y en un final sorprendente, invita a champán a su antigua amante -que implicada estuvo en el casoo- y con una fuerte dosis de veneno mueren los dos ante Eva que recibe su confesión. Al fina Eva se casará con Conway
El libro es interesante por los ambientes lujosos y escenarios mediterráneos, el decadentismo enfermizo de Lord Trevor y la ambientación marsellesa con evocaciones del Vieux Port y de Notre Dame de la Garde. La historia se embrolla en exceso aunque se sostiene con bastante habilidad. A destacar la portada, de autor desconocido, en la que combina una imagen de Fred Astaire y Ginger Rogers con el cartel que anunciaba Yo confieso (1953) de Alfred Hitchcock que protagonizaba Montgomery Clift.

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